El aumento de glúteos por transferencia de grasa, se conoce como gluteoplastia, se realiza a través de una liposuccion en otras partes del cuerpo dónde haya exceso de grasa acumulada, mayormente se extrae de las áreas del abdomen, caderas, espalda, y los muslos, para ser reubicada en los glúteos por medio de inyecciones.
Para realizar este procedimiento la persona debe tener suficiente grasa para realizar la liposuccion, en el caso de que no tenga suficiente grasa, no se puede realizar porque no habrá grasa que inyectar, y lo recomendable sería una cirugía con colocación de implantes.
La ventaja de la gluteoplastia es que no solo se hace el aumento de glúteos, también se realiza una liposuccion al mismo tiempo con la cuál se logra adelgazar áreas como cintura, caderas y abdomen.
La ventaja de esta intervención quirúrgica es que el riesgo de quedar cicatriz es baja, por lo general quedan cicatrices poco visibles, ya que la liposuccion se realiza a través de cánulas o un tipo de jeringa especial que se encuentra conectada a una máquina succionadora, y son inyectadas de igual manera con cánulas especiales.
Estás inyecciones se realizan en los músculos que se encuentran en los glúteos y se realiza a través de pequeñas incisiones. Una vez que la grasa inyectada en su nueva ubicación recibe un buen flujo de sangre, queda fijada y puede durar allí una vida entera.
Hay que tener en cuenta que el post-operatorio es muy importante para tener una cirugía óptima. Por ello, luego de este procedimiento, el trabajo final para que se obtengan los resultados deseados, lo realiza la faja post-operatoria, la cuál debe ser usada por lo menos 6 semanas consecutivas.
El trabajo de esta faja es minimizar la inflamación para tener una recuperación pronta, y al mismo tiempo mantener la piel en su lugar para que pueda pegarse nuevamente a la carne, debido que la liposuccion las deja separadas en el momento de extracción de la grasa. Esta faja debe cubrir tanto glúteos, como las áreas que fueron espuestas a la liposuccion.
