
¿A quien no le gusta lucir una piel bonita? Tanto mujeres como hombres quieren tener una piel saludable, resistente e hidratada, pero muchas veces no es fácil mantenerla así, quizás por el trabajo, las labores diarias o los cambios climáticos la piel se reseca o pierde su brillo y hermosura.
Muchas veces las cremas y productos para hidratar la piel no resultan beneficiosos, y esto se debe a qué cada piel es diferente y reacciona de maneras distintas a cada tratamiento. Con una dieta saludable y algunos tips que les estaremos mencionando podrá lograr esa piel hermosa que tanto desea tener.
Lo primero y muy importante es tomar mucha agua, el cuerpo humano está compuesto entre un 60% y 70% de agua, la cual es el principal componente del cuerpo. Por ello es necesario ingerir suficiente agua al día para mantener un cuerpo sano y en buen funcionamiento. Para poder hidratar la piel lo primero que hay que hidratar es el interior del cuerpo, ya que el exterior es el resultado de lo que brota del interior.
Usar cremas constantemente, el uso de cremas debería ser una rutina diaria en nuestras vidas, el mejor momento para aplicar crema en el cuerpo es después de ducharse cuando la piel todavía está un poco húmeda, ya que en ese momento los poros aún están abiertos y se obtiene una máxima absorción de la misma.
La áreas de piel más secas o duras deben hidratarse con crema más seguido. Se pueden preparar sus propias cremas hidratantes sin necesidad de gastar en cremas costosas. Lo pueden realizar con aceites hidratantes como de almendras o de coco, se mezcla una pequeña cantidad de aceite con crema natural, y así se obtiene una crema que le hidratara mucho más y podra tener una piel saludable.
Exfolia tu piel frecuentemente, al pasar el tiempo la piel va envejeciendo, y las células muertas no son renovadas, por ello la piel se deshidrata y pierde su densidad, por ello es importante exfoliar la piel regularmente para eliminar las células muertas y así la piel pueda ser hidratada. También es importante lavarse antes de dormir, en el trascurso del día la piel se va ensuciando y aunque no se note, esa suciedad quizás microscópica se introduce en los poros e impide que la piel respire, y esto también causa deshidratación.